xamen de los genitales masculinos y próstata.
Conceptos de anatomía.
Los
órganos genitales masculinos están formados por el pene, los
testículos, el escroto, la próstata y las vesículas seminales.
El
pene está formado por dos cuerpos cavernosos, que forman el
dorso y los lados, y el cuerpo esponjoso, que contiene la
uretra. El cuerpo esponjoso se ensancha en el extremo distal para formar
el glande y unos 2 mm por debajo de su punta se encuentra el orificio uretral.
El prepucio cubre
normalmente el glande, salvo cuando el paciente ha sido
circuncidado. Entre ambos se produce un material sebáceo, de
aspecto blanquecino y maloliente, llamado esmegma.
El escroto está dividido en la mitad por un tabique que conforma dos bolsas que contienen los testículos con sus correspondientes epidídimos. Por encima de los testículos se identifican los cordones espermáticos que están formados por los conductos deferentes, los vasos sanguíneos arteriales y venosos (plexos pampiniformes) y fibras del músculo cremasteriano.
Los
testículos son glándulas ovoideas que miden unos 4 cm de eje
mayor. En su parte superior y posterolateral, por lo menos en
el 90% de los hombres, se ubica el epidídimo que cumple una
función de depósito y sitio de tránsito y maduración de los
espermios. El conducto deferente nace en la cola del epidídimo,
asciende por el cordón espermático, atraviesa el conducto
inguinal y se une con las vesículas seminales para formar el conducto
eyaculador que llega a la uretra a nivel de la próstata. El semen
está formado por los espermios más las secreciones de los
conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata.
La próstata es una glándula como
una castaña que rodea la uretra y el cuello de la vejiga y está
formada por dos lóbulos laterales y un lóbulo medio. Mediante
el tacto rectal es posible palpar los dos lóbulos laterales
separados por un surco en la mitad.
El
drenaje linfático del pene y del escroto se efectúa hacia los
ganglios inguinales, y el de los testículos, hacia los ganglios
intraabdominales.
Examen de los genitales.
El examen de los genitales de un hombre puede ser
una situación embarazosa y por lo mismo, conviene efectuarlo
con delicadeza. Esta es un área muy sensible para los hombres y
se debe evitar comentarios o expresiones que produzcan
incomodidad.
El examen se efectúa mediante la inspección y la palpación. Las partes que se deben identificar son:
- el vello pubiano
- el pene
- el glande
- el meato uretral
- el escroto
- los testículos
- los epidídimos
- los cordones espermáticos.
El vello genital o pubiano tiende a ser
abundante y en el hombre se continúa hacia el ombligo. Se
pueden encontrar piojos (Phthirius pubis) o liendres (huevos de
piojos) en personas poco aseadas.
En los pacientes no circuncidados es necesario retraer el prepucio para examinar el glande y el meato uretral.
Entre las alteraciones que se pueden encontrar en el pene, destacan las siguientes:
- Fimosis: consiste en la dificultad para descubrir el glande debido a un prepucio estrecho.
- Parafimosis: es la dificultad de deslizar el prepucio nuevamente hacia adelante después que se ha descubierto el glande, debido a que es estrecho; lo comprime y lo puede edematizar.
- Balanitis: es una inflamación del glande que ocurre sólo en hombres no circuncidados, frecuentemente con fimosis o diabéticos. Se debe a infecciones bacterianas o por hongos (Candida).
- Balanopostitis es una inflamación del glande y del prepucio.
- Hipospadias: es una condición con que nace la persona donde el meato uretral desemboca más abajo de lo normal, en una posición ventral.
- Ulceras: pueden ser de distinto tipo y naturaleza. Entre las úlceras que afectan el glande y el prepucio destaca el chancro sifilítico que es una úlcera ovalada o redonda, de bordes indurados, fondo liso, y aparece dos semanas después de una exposición a la enfermedad.
- Herpes genital: son vesículas superficiales rodeadas de un halo eritematoso, muy dolorosas, que se deben a una infección por el virus herpes simple tipo 2.
-
- Condiloma acuminado o papilomas genitales: son lesiones como verrugas que se deben a infecciones virales.
- Molluscum contagiosum: son lesiones como pequeñas pápulas algo umbilicadas en el centro, son de transmisión sexual y se deben a infecciones por virus.
- Carcinoma del pene: es un cáncer habitualmente de tipo escamoso, que tiende a presentarse en hombres no circuncidados, poco preocupados de su higiene.
- Enfermedad de Peyronie: consiste en el desarrollo de bandas fibrosas en el dorso del pene, por debajo de la piel, que lo pueden deformar y provocar erecciones dolorosas.
- Uretritis: se puede encontrar una secreción que sale por el meato uretral, la cual debe estudiarse mediante tinciones de extendidos y cultivos de distinto tipo, según las causas probables (ej.: infección por gonococo)
El escroto y su contenido.
En la superficie del escroto
se pueden encontrar lesiones de aspecto amarillento que
corresponden a quistes sebáceos. En ocasiones, el escroto se
presenta muy edematoso y esto se observa en enfermedades
asociadas a retención de líquidos, como ocurre en la
insuficiencia cardíaca, síndrome nefrósico o cirrosis hepática.
En el examen de los testículos
es frecuente encontrar el izquierdo más abajo que el derecho.
Para palparlos se trata de presentarlos de modo de facilitar el
examen. Para esto se toma un testículo entre los dedos medio y
anular de cada mano, dejando los dedos índice y pulgar libres
para que puedan palpar la superficie de la glándula. También se
podrían palpar usando los dedos pulgar, índice y medio. Cuando
el músculo cremasteriano retrae los testículos el examen se
dificulta y es necesario traccionar un poco el testículo para
asirlo en forma adecuada.
Debe
sospecharse de cualquier dureza o nódulo en la superficie del
testículo que pueda indicar la presencia de un cáncer. Ante
cualquier duda es necesario complementar el examen con una
ecotomografía.
Los hombres deben tener la
costumbre de examinarse los testículos de vez en cuando
buscando la aparición de nódulos. Durante un baño de tina con
agua caliente o en la ducha, puede ser un buen momento para
efectuarlo. Un cáncer testicular se puede manifestar desde
lesiones pequeñas, a una masa de mayor tamaño, peso y
consistencia.
También se debe examinar los epidídimos, los conductos deferentes y el cordón espermático. Los epidídimos
se palpan como un cordón que sigue el borde posterolateral de
los testículos y que es más grueso en el polo superior. Los
conductos deferentes, cuando son normales, se palpan como
cordones lisos, indoloros y forman parte de los cordones
espermáticos. Si existe una hernia inguinoescrotal, el volumen
de ese lado del escroto se aprecia abultado.
Entre las alteraciones que se pueden encontrar destacan:
- Cáncer testicular: se manifiesta como un aumento de volumen, que puede ser muy localizado (como una lenteja) o formar una masa, habitualmente indolora, que aparece con mayor frecuencia en adultos jóvenes, entre los 15 y los 30 años.
- Quiste de la cabeza del epidídimo o espermatocele: es una formación quística que se palpa como un nódulo en la cabeza del epidídimo, fuera de los límites del testículo. En general, es de evolución benigna.
- Hidrocele: es un aumento de volumen debido a la acumulación de líquido en la túnica vaginal que es una membrana que rodea al testículo y que normalmente deja una cavidad virtual. Si se apoya una linterna sobre la piel del escroto, en la zona del aumento de volumen, se observa un fenómeno de transiluminación que consiste en que la luz difunde en un área extensa correspondiente al líquido acumulado.
- Orquitis: es una inflamación aguda de un testículo que se puede observar en enfermedades infecciosas virales, como las paperas, cuando se presenta en adolescentes o adultos. En un comienzo la glándula se ve aumentada de volumen y está muy sensible; con el tiempo, una vez que se resuelve la inflamación, puede evolucionar hacia la atrofia.
- Epididimitis: es una inflamación del epidídimo muy dolorosa y se relaciona con infecciones urinarias o de la próstata. Existen epididimitis de evolución crónica que se relacionan con infecciones como la tuberculosis.
- Torsión testicular: es una urgencia quirúrgica en la que el testículo gira sobre su eje y puede llegar a comprometer la circulación de la glándula. El testículo se ve retraído y la palpación es extremadamente dolorosa.
- Hidátide torcida: es otra condición que se acompaña de dolor. Se palpa un pequeño nódulo sensible hacia el polo superior. Es más frecuente de encontrar en niños en edad puberal.
- Varicocele: corresponde a dilataciones varicosas de las venas del plexo pampiniforme del cordón espermático. Se observa más frecuente en el lado izquierdo, estando el paciente de pie. Puede asociarse a una disminución de la fertilidad.
- Criptorquidia: es una condición en la que un testículo no logró descender a la bolsa escrotal y quedó en el canal inguinal o dentro del abdomen. Estos testículos se atrofian y con el tiempo tienen mayor tendencia a desarrollar un cáncer.
Condiciones en las cuales se encuentran testículos chicos
son la criptorquidia, secuela de una orquitis, por ingesta de
estrógenos, cirrosis hepática o alteraciones cromosómicas
(síndrome de Klinefelter).
Se encuentra un aumento de volumen escrotal en el hidrocele, hernias inguinoescrotales, tumores, procesos inflamatorios y cuadros edematosos.
Próstata.
La próstata se evalúa mediante el tacto rectal (se recomienda ver el capítulo sobre examen de abdomen).
La
próstata normal se debe palpar como una glándula de superficie
lisa y consistencia elástica que protruye discretamente hacia
el lumen rectal. Debe ser posible identificar los dos lóbulos
laterales. Las vesículas seminales frecuentemente no son palpables
por estar en la parte de más arriba.
Con
la edad, la glándula tiende a crecer y también aumenta la
protrusión hacia el lumen del recto; el surco en la línea media
se vuelve más difícil de identificar. Si se palpan nódulos
duros e irregulares se debe pensar en la presencia de un
cáncer.
Los programas de detección precoz de
cáncer prostático recomiendan efectuar un examen anual en forma
rutinaria pasados los 50 años, o antes, si existen
antecedentes de cáncer en familiares cercanos. Los métodos más
usados para evaluar la glándula son el tacto rectal y la
determinación del antígeno prostático específico.
La
próstata puede presentar inflamaciones agudas de tipo séptico
(prostatitis aguda) y, eventualmente, desarrollar una colección
purulenta (absceso prostático). En esos casos, la glándula
está aumentada de tamaño y es muy sensible a la palpación.
material extraido de :
* apuntes personales
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